Santa Leonie Francisca de Sales Aviat
Fundadora de la Congregación
Hermanas Oblatas de San Franco de Sales
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Leonie Aviat nace en Sézanne, Francia, el 16 de septiembre de 1844; funda, en 1866 en la ciudad de Troyes, con el Padre Louis Brisson, sacerdote francés, la Congregación de las Hermanas Oblatas de San francisco de Sales.
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La iglesia exalta el testimonio el testimonio heroico de su constante adhesión a la voluntad de Dios; su entrega generosa y humilde a todos, sin distinción, buscando siempre la felicidad del otros sacrificando sus propios intereses. Es de resaltar que aún en medio de las más grandes adversidades de la persecución religiosa en Francia, mantiene una fe inquebrantable y una confianza ilimitada en la Divina Providencia. Su celo ardiente no se limita en preservar y orientar a as jóvenes obreras, sumergidas en un ambiente industrializado con influencia negativa sobre su vida moral, sino que también procura hacerles comprender sus palabras y ejemplos la nobleza y dignidad del trabajo enseñándoles a considerarlo como un medio de encuentro con Dios. Lucha incansablemente en la promoción de la mujer, a fin de que ocupe el puesto que le corresponde en la sociedad, realizándose integralmente como persona.
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Expulsada de Francia en 1904, a causa de la persecución religiosa y, después de haber escalado las más altas cimas de las virtudes cristianas y religiosas, según la espiritualidad de San francisco de Sales, Dios recibe su último latido, como acto de amor, 10 de enero de 1914.
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Leonie Francisca de Sales es beatificada en Roma, el 27 de septiembre 1992 y canonizada el 25 noviembre 2001, por su S.S el Papa Juan Pablo II, quien recuerda que, Madre Francisca de Sales “con una fe fuerte, una caridad ardiente y valiente, una esperanza firme, desprendida de las vanidades terrenas, hace de su vida un himno de alabanza al Señor y un continuo servicio al prójimo. Sin medir sus fuerzas, trabaja en la construcción del reino de Cristo en e mundo de su tiempo¨ … “La resolución que tanto caracteriza a Madre Aviat, olvidarme enteramente a mi misma, es también para nosotros un llamado para ir contracorriente del egoísmo y de los goces fáciles y a abrirnos a las necesidades sociales y espirituales del mundo actual.
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Y su santidad concluye, diciendo: “confinantes en la intercesión poderosa de la nueva santa, acojamos Enel gozo, la invitación a vivir en una fidelidad renovada, las intuiciones que ella vivió tan perfectamente”.
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